1-Relax y masaje antidolor
Minutos antes de la inyección, prueba a relajarte un poco. Piensa en algo agradable que te haga sonreír. Después, un masaje presionando los dedos en la zona donde se inyectará el fármaco, servirá para “relajar” esa zona. Este es un truco estupendo para aliviar el dolor, aunque también debes saber que, al masajear la zona de la inyección, a veces pueden producirse contracciones musculares involuntarias.

2 - Inyecciones, nunca en zonas sensibles
No te preocupes: zonas muy “sensibles” como la garganta suelen descartarse a priori como puntos de inyección... esta es otra forma de evitar el dolor.

3- Inyecciones con pulso firme... ¡stop al dolor!
Para reducir la eventual sensación de dolor... ¡la excitación está prohibida! La inyección se realiza en una única maniobra que exige una combinación de decisión y rapidez, tanto cuando se inserta como cuando se retira la aguja.

4 – Contra el dolor, la aguja más pequeña es la mejor Las agujas con el diámetro externo más pequeño posible, pero adecuado a la zona de punción y al tipo de fármaco e inyección, permiten administrar el fármaco a la velocidad justa y sin el dolor producido por una liberación excesiva de fármaco.

5- Inyección sin dolor: el tiempo también importa
Se sabe que inyectar el fármaco lentamente pero de manera constante ayuda a evitar el dolor. En concreto, la rapidez de administración no debe superar 1 mililitro cada 10 segundos. Se sigue esta regla precisamente para favorecer la absorción del fármaco y minimizar el dolor.