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November 21, 2022Anemia
La anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina dentro de estos es menor de lo normal. La hemoglobina es necesaria para transportar oxígeno y si una persona tiene muy pocos glóbulos rojos, si estos son anómalos o no hay suficiente hemoglobina, ello disminuirá la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del organismo. Esto se manifiesta por síntomas como fatiga, debilidad, mareos y dificultad para respirar, entre otros. La concentración óptima de hemoglobina necesaria para satisfacer las necesidades fisiológicas varía según la edad, el sexo, la elevación sobre el nivel del mar, el tabaquismo y el embarazo. Las causas más comunes de anemia son las carencias nutricionales, particularmente de hierro, aunque las carencias de folato, vitaminas B12 y A también son importantes; las hemoglobinopatías; las enfermedades infecciosas, como el paludismo, la tuberculosis, el sida y las parasitosis.
La anemia es un grave problema de salud pública en el mundo que afecta particularmente a los niños pequeños y las embarazadas. La OMS calcula que, en todo el mundo, son anémicos un 42% de los niños menores de 5 años y un 40% de las embarazadas.
Síntomas
La anemia puede causar una serie de síntomas, como fatiga, debilidad, mareos y somnolencia. Los niños y las embarazadas son especialmente vulnerables y afrontan un mayor riesgo de mortalidad materna y en la niñez. La prevalencia de la anemia sigue siendo alta a nivel mundial, especialmente en entornos de bajos ingresos, donde una proporción considerable de niños pequeños y mujeres en edad fecunda están presuntamente anémicos. Se ha comprobado que la anemia por carencia de hierro (ferropénica) también trastorna el desarrollo cognoscitivo y físico de los niños y mengua la productividad de los adultos.
La anemia es un indicador de desnutrición y mala salud. Es un problema por sí misma, pero también puede repercutir en otras problemas de nutrición en el mundo como retraso del crecimiento y emaciación, peso bajo al nacer y sobrepeso y obesidad en la niñez debido a la falta de energía para hacer ejercicio. El rendimiento escolar deficiente en los niños y la reducción de la productividad laboral en los adultos ocasionados por la anemia pueden conllevar más repercusiones sociales y económicas para el individuo y la familia.
Tratamiento
Mientras que la anemia por carencia de hierro (ferropénica) es la forma más común y relativamente fácil de tratar mediante cambios del régimen alimentario, otras formas de anemia requieren un tratamiento que puede ser menos accesible. La caracterización precisa de la anemia es fundamental para comprender la carga y las características epidemiológicas de este problema, así como planificar las intervenciones de salud pública y la atención médica de las personas a lo largo de la vida.
La OMS supervisa varios programas en todas las regiones del mundo con miras a ayudar a reducir la prevalencia de la anemia mediante el tratamiento y la prevención. Esas directrices, políticas e intervenciones tienen como objetivo aumentar la diversidad alimentaria, mejorar las prácticas de alimentación de los lactantes y aumentar la biodisponibilidad y el consumo de micronutrientes por medio de la fortificación o la suplementación con hierro, ácido fólico y otras vitaminas y minerales. Las estrategias de comunicación social y de cambio de comportamiento se utilizan para mejorar los comportamientos relacionados con la nutrición. Las intervenciones para abordar las causas subyacentes de la anemia prestan atención a cuestiones como el control de enfermedades, el agua, el saneamiento y la higiene, la salud reproductiva y las causas profundas como la pobreza, la falta de instrucción y las desigualdades de género.
En 2016, la OMS inició un proyecto quinquenal para examinar sus directrices mundiales, con la finalidad de proporcionar recomendaciones bien fundamentadas en torno a la evaluación de este trastorno en individuos y poblaciones.